viernes, 25 de mayo de 2007

El equilibrio de lo simple



Simplicidad es un término muy común, pero muy pocas veces es llevado a la práctica.

Es lo simple de mirar, de sentir sin intencionalidades, sino con el cariño que invade el corazón.

Ser simple es no darle "vuelta" a las cosas, es tomarlo cómo viene y de quién viene y no meterse en intrincados caminos que no tienen salida.

Ser simple nos ayuda a mantenernos con la mente clara, el alma en paz y el corazón atento.

Es no darle oportunidad a nuestro corazón a que se distraiga con nimiedades, con pensamientos retorcidos o con paranoias sin sentido.

Es darle al corazón la oportunidad de hacer lo que sabe: querer, sentir, desear, gozar.

Ser simple ayuda al equilibrio del alma, al espíritu en paz, con más complicaciones que el simple hecho de vivir.

Ser simples hace que nuestra vida sea un poco más estable, controlable y no una montaña rusa, llena de vértigo y sin destino.



Vivir simplemente, es mi idea, es mi meta, es mi equilibrio perfecto.

Debo desacelerarme, poner un pie en el freno y no enredarme en mis pensamientos. No buscarle más significados o interpretaciones a lo que no tiene sentido hacerlo.




Ser simple, pensar simple y actuar simple nos hace más humanos y no tan mundanos.


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