
Elegancia, postura, temple,
sostén imponente de la figura perfecta.
Desde ahi miras el mundo,
como un visor insurrecto.
Desde allí conquistas el mundo,
con tu mirada imponente.
Tu perfume embriagador
es aroma envolvente,
aroma de piel ardiente
y de intensa actividad.
Piel hermosa y muy sedosa,
humedad y sensualidad.
Muy sensible al tacto humano,
un ignoto en la conquista.
Te descubren, te resistes
y te recorren con más ansias
que las que solias creer.
Por este cuello perfecto,
recorren sus bellas líneas
los sentmientos más simples,
que la vida puede dar.
Cosquillas, escalofrios,
manjar predilecto
de quién la vida se quiere tomar.
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2 comentarios:
Ludwing van Beethoven decía: Me apoderaré del destino agarrandolo por el cuello. No me dominará...
Me gustó mucho este post. Un abrazo. Raiza
wowwww que hermoso, siempre me dejas sin palabras
saludos
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