jueves, 30 de agosto de 2007

De rodillas, perdón y gracias

Madre Teresa

De rodillas pidió clemencia, para no ser maltratado.
De rodillas, pidió perdón por haberte lastimado.

De rodillas declaró su amor del que se sentía tan confiado.

De rodillas pidió al cielo que lo iluminara y fortaleciera.

De rodillas, jugó a ser niño que brinca al sol.

De rodillas, se hizo pequeño y humilde en el servicio.

De rodillas, muchos sienten que se humillan.

De rodillas, sobre su cama observó, como duerme
y la observa, la recorre, la acaricia y le sonríe.

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Perdona por ofenderte, mi silencio busca luz.
Perdona por no entenderte, mi cabeza busca una explicación.

Perdona por maltratarte, entiendo que no me quieras,
Perdona por no estar contigo, es que mi alma busca otros caminos.
Perdona porque creí conocerte y en realidad eras un extraño.

Perdona mis palabras, que pudieron lastimarte. Es preferible callar y dejar que el agua pase.

Perdona, hoy no hay cariños que puedan cuidarte, hoy son solo mios y debo conservarlos.

Alguna vez me dijeron que el verdadero amor no necesita ni de perdones ni de disculpas, que no eran necesarios.
No hay perdón ni disculpas, que provoquen el olvido.
No hay perdón ni disculpas, que se merezca la vida que no te han dejado vivir.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Amor es nunca tener que decir "lo siento"... Cuando se pide perdón, no es el otro quien perdona, sino uno mismo que se vuelve humilde frente al error cometido. Con mucho sentir este post Claudia.
¡Y gracias por tu visita! Bss