viernes, 22 de junio de 2007

En una cajita de cristal...



Ser la primera en nacer en una familia joven, es todo un desafío. Aprenden con uno, se equivocan con uno y sufrimos de lo que siempre me quejo: de exagerada sobreprotección. Fui la primera hija de un matrimonio joven, con apenas seis meses de casados, aparecí yo, una tarde de enero de un año cualquiera (ni pienso decir!).

Me crié sola, con la compañía esporádica de algunos primos, que hoy están casados, con hijos y que compartían mis juegos cada fin de semana, que las familias solían reunirse a comer el tradicional asado familiar.

Crecí sola, bajo las faldas de mi madre y bajo la protección de mi papá. Era la nena de papá, la malcriada, a la que todos corrían para hacerle los gustos. Flaca, extremadamente flaca por no querer comer, porque no se que veneno pensaría que tiene la comida que ni quería probarla, hasta que me obligaban.

Flaca, malcriada, desordenada, desobediente y nena de papá. Así fue mi infancia.

Viví cuidada, de todo detalle, cuidada de que cada cosa que sucediera no me afectara, a veces, hasta alejada de los dramas y problemas familiares. Ahí construyeron mi casita de cristal...

Seguí asi, hasta que tuve 9 años, con mi familia perfecta, mi familia feliz.

Siempre dicen que la vida supera toda ficción y la "ficción" que mis padres habían armado para mi se iba a empezar a resquebrajar. Mi cajita de Cristal se comenzaba a quebrar. La muerte del padre no es lo más adecuado para una persona que vivió siempre pendiente de esa persona y menos quedarse con una madre que era dependiente absoluta de mi padre y un hermano muy chico.

Intentaron protegerme, que no me enterara de nada.... "Pobrecita, es muy chica... ella no sabe lo que pasó..." Era muy chica.... si, y si sabía lo que había pasado, lloré lo que había pasado, lloré la muerte de mi padre como nunca lo había hecho por nadie. Mi protector, mi admirador, mi novio postizo, mi papito del alma se había muerto y yo como alma en pena, tenía que ocultar un duelo que no tenían que ver los demás para que no se preocuparan por mi.

Y ahí empezó la ronda de ocultamientos. Todo para que mamá no sufra, todo para que mi familia no piense que estaba mal, que aunque chiquita, yo sufría...

Entonces volvía armar mi cajita de cristal, para que nadie accediera a mi, nadie tuviera contacto con esa personita que trataba de digerir la muerte de su amado padre. Y se hizo fuerte, se hizo "la fuerte", la que no lloraba, la que no se caía.. la que siempre mantenía la mente clara y el pensamiento en paz, yo pasé a ser la mamá... y mi mamá, la hija descontrolada que no encontraba solución a tanto problema. Claro, después ella tomó sus responsabilidades se hizo cargo de la mantención de la casa, nos sacó económicamente adelante, aunque en su interior... seguía siendo una nena desamparada por la vida, triste y totalmente dedicada a sus hijos.

Ella nunca buscó formar pareja, siempre diciendo que era por sus hijos, que no podía darle a ellos un padre que por ahi no los quisiera, que no podría aguantar malos tratos para nosotros, y menos de un extraño.

Así armamos nuestra pequeña familia, esa que sigue hasta los días de hoy: mamá, cristian y claudia.

Desde la muerte de su padre, esa nena que quedó huérfana hizo todo lo posible para que su familia estuviera bien. Claro, con la ayuda de una ambición innata y una seguridad en si misma envidiable. A partir de ahí, me convertí en la mejor en todo, en clases, en deportes, en juegos, en todo! Me gusta ganar y eso también ayudó mucho....

La nena le regalaba a su familia la bandera, el mejor promedio de cada curso que estudiaba, hasta el hecho de ser una señorita tranquila y correcta, muy distinta a sus compañeritos de la misma edad.

Y seguía cuidando mi cajita de cristal, para que pueda seguir hacia donde quería y que nada ni nadie, ni el extrañar, ni el dolor me hicieran caer, habia un objetivo y si para ello tenía que disociarme de mi realidad, lo hacía....

A los 16 le ofrecen su primer trabajo y a esa edad ya empezaba a colaborar en la casa, con los gastos y con dinero para mejorar la situación familiar, que venía muy complicada.

Así y todo, terminé nuevamente siendo la mejor alumna en el secundario y seguía trabajando.

En la universidad, igual, poco contacto con mis compañeros... si charlas, pero no había socialización, de esa que te hace conocerlos más y compartir otros ámbitos Claro, había un objetivos, recibirse y nada de lo que andaba dando vueltas, importaba...

Me recibí y mi cajita de cristal continuó funcionando. Empecé a trabajar y le creé una cajita de cristal a mi familia, mantengo la casa, no falta nada, todo lo que es duro en una familia lo hago yo, todas las malas noticias, me las dicen a mi primero y yo soy la encargada de transmitir en la familia. Soy facilitadora, hago que todo sea más leve, hasta las peleas entre madre e hijo.

Y la cajita de Cristal se trasladó a mi familia. Y yo me permití vivir algunas cosas de mi vida, aunque ya totalmente atada a una situación que yo misma me creé y que mi madre permitió....

Así de grande, conocí el amor, así de grande me desilusioné. Así de grande aprendi a disfrutar de los amigos y de la gente que quiero, y de la buena compañía. Mi cajita de cristal ya no existe. Pero hay un hilo que me une a estas dos personas que son mi vida y que siguen viviendo conmigo.

Hoy yo tengo ganas de tener mi casa, mis cosas, mi familia. Mi mamá tiene una enfermedad muy brava y no puede vivir sola.... y Ahora? ¿Cómo logro romper la cajita de cristal que yo mismo les armé para que no se hicieran daño?

A veces creo que yo misma creé mi cárcel y que ahora ya no puedo salir más.

Hay tanto por hacer y tanto que me está costando, porque hay que convencer a algunas personas de que la vida no es tal cual se las planteé alguna vez y que tienen que vivir sin cajita de cristal.

La mía se rompió, le creé otra a mi familia y me encuentro casi atada a ellos por un hilo muy grueso, muy grueso, casi imposible de cortar....

Sigo pensando este tema, todavía hay mucho por decir... como que hoy se que el centro de mi vida tengo que ser yo, al menos por unos instantes: es el poco de amor propio que tengo que tener para mantenerme digna y que realmente ellos alguna vez tendrán que entender que mi vida es mi vida y tengo que hacer lo mejor para mantenerla plena y que ellos, deben aprender a vivir su propia vida, aunque cueste, aunque se caigan, aunque estén solos para hacerlo.

Muchos dirán, qué sentido tiene que yo escriba estas cosas aquí, pero es una forma de desahogar una pena interior, es la forma que tengo de darme cuenta de alguna posible salida, es dar a conocer una situación que a muchos les caerá de perillas para entender quién es esta persona que escribe y que muchas veces habla de soledad y de sentimientos extremos.


Para mi ésto tiene sentido y mucha utilidad. Hoy esa persona terriblemente emprendedora sigue estando, pero con una emotividad y un mundo interior mucho más grande que en ese entonces. Soy emotiva... al extremo de ser llorona... Soy sensible... al extremo de dolerme las palabras de los demás. Mi cajita ya no existe y me está permitiendo sentir lo que nunca antes había sentido.

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3 comentarios:

mariadle dijo...

Que dìficil se torna la vida a veces, eres una chica muy fuerte y que bueno que pudiste romper es cajita y ahora te estas dando la oportunidad de vivir realmente, porque la vida es sentir, es emocionarte, es llorar y reir. El amor a uno mismo es lo màs importante porque como se puede ser capaz de amar a alguien màs si ni siquiera nos queremos a nosotras mismas, y para atender bien a los demàs primero hay que atendernos a nosotros mismos, porque si no no vamos a dar el ancho.
Un fuerte abrazo!!

Unknown dijo...

En cierto modo algo de lo que escribes se podría aplicar a la forma en la que he decidido vivir. No he tenido que pasar por las misma dificultades que tu, pero de todos modos creo comprender un poco de lo que que has experimentado.

Que bueno que la cajita ya no esté, con todo lo duro que llega a ser el mundo fuera de ella.

Claudia dijo...

DICEN QUE LAS PERSNAS MAS FUERTES sON LAS MAS DEBILES..CLAU, LO SIENTO., ,POR LO DE TU PADRE, PERO DESDE ARRIBA DEBE ESTAR MY CONTENTO DE LA HIJA QUE DEJO, ESTOY SEGURA DE ESO. GRACIAS POR DEJARME CONOCERTE... Y MUCHAS FUERZAS A TU MADRE.