lunes, 28 de abril de 2008

Letras Robadas


Letras, première mise en ligne par Odelot.


Las encontró dentro de un oscuro y escondido cajón y al repasarlas, reconoció a sus protagonistas. Esas páginas mostraban una historia ya terminada, pero jamás deseada; una historia, que ella soñó que jamás hubiera ocurrido, jamás deseó haberlas leído.


Tantas dudas le provocó, que necesitó aferrarse a algo y en esas letras encontró lo que a ella le faltaba: el valor y no el temor de enfrentar una situación.


Esas letras, aunque no eran de ella, le ofrecían la seguridad que carecía, que no tenía. Porque su idea siempre había sido que quería conservarlo, quería retenerlo y si alguna vez todo eso sirvió, hoy ella quería darle el mismo destino, usarlo en la misma medida y sentirse protegida. Como una receta en la que se siguen los pasos para lograr un cometido, ella buscó en esos escritos lo que su vida y su experiencia, hasta ese momento, no le pudieron dar. Buscó detalles, buscó respuestas, buscó indicios que le dijeran como comportarse, qué decir, que no hacer, qué sentir, cómo mostrarlo para no cometer errores, para no hacer que él huyera corriendo de ese lugar. Lo quería con ella, no había otra alternativa... pero estaba resultando tan difícil.


Pero esas letras, no eran sus letras.


Ese sentimiento grabado en ese escrito, no era el suyo y aunque se parecían, no eran la misma persona. Creyó poder seguir paso a paso todo lo que allí estaba contenido, pero se dio cuenta que nada de lo escrito le servía de mucho. Algunas cosas las pudo aplicar, otras las tuvo que desechar y más temprano que tarde se dio cuenta de que nada de lo escrito ahí, le fue suficiente para enfrentarse a su vida, para enfrentarse ante él. Y cuando se dio cuenta, la odió con el alma, porque no fue capaz de darle las respuestas que ella necesitaba; esas letras fueron la amenaza que terminaría con su vida, con su amor.


En el silencio, en el dolor, la escritora de esas letras cerró los ojos y aceptó que quedarán en esas manos, no las quiso recuperar. Eligió quedarse callada y ser un mudo testigo de un hecho entristecedor. esas letras ya no tenian respuestas de nada de lo que se pudiera suscitar en esas vidas. Ella lo sabía, pero ella ya no diría nada.


Esas letras fueron muertas, esas letras murieron asesinadas el día en que un hombre decidió no darles el destino que tenían. Esas letras ya no sirven, porque esa vida ya fue, porque esa persona hoy no las necesita y si alguien quiere adueñarse, solo tristezas conseguirá, más inseguridad logrará y las dudas carcomerán su existencia, su alma, su vida, y aunque todo eso no tenga sentido, jamás lo entenderá.


Si necesita ayuda, si necesita más pistas, es necesario que las busque por su cuenta, que las experimente con sus fuerzas, que aprenda por ella misma y que no busque en otros las respuestas que tanto desea. Debe aprender que solo ella puede tener la oportunidad de encontrar el remedio que logre la felicidad total o la desgracia final.


Que no cumpla recetas, ni se guíe por otros, ni siquiera que se aprobleme por los sentimientos de otros, porque eso la encadenará, la esclavizará y le impedirá ver lo que es la verdad.


Y un día esas letras que tenían un destino, fueron interceptadas por otra persona. Esa persona las creyó una amenaza, pero quiso aprovecharlas para su bienestar. Esas letras fueron abusadas, fueron maltratadas y no tuvieron sentido, porque esas letras solo sirvieron una vez, desde esta persona, para esa persona.


Por eso necesitas construir tu propia historia y aunque la experiencia de otros te puede ayudar, el verdadero aprendizaje lo haces tú misma, con tus actos, con tus palabras, con sus vivencias. Devuelve lo que no es tuyo, aunque sea lo único seguro que hoy puedas tener.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, hay muchas veces que escondemos las letras en un cajon muy profundo de nuestro corazón y se nos olvida que ahi estan, me da gusto que tu las hayas encontrado


saludos