sábado, 5 de abril de 2008

La silla que nos sostiene...


"Lilla Åland", première mise en ligne par hans.soderstrom.

Quedó vacía el día en que mis labios pronunciaron ese adios. Quedó vacía, cuando ya no sentí que cumplía su misión, cuando se transformó en una extraña más, simplemente un cuerpo más. Quedó inerte, deshaciada de llanto y de incomprensión. La distancia la fue matando, la fue apagando, la fue deshauciando. Ya no sostuvieron mi cuerpo, ni mi dolor. La silla vacía que representaba tu corazón, la silla desierta de palabras y de calor.


Mucho tiempo fue parte de un paisaje, fue parte de una vida. Mucho tiempo cumpliendo su labor, arduamente y a conciencia. Mucho tiempo fue el bastón que sostuvo mi cuerpo y mi alma, mi corazón.. En tristezas, en alegrías, en enojos y en temores, todo fue capaz de sostener con su integridad.


Pero siempre llega un momento en la vida, en qué nos preguntamos si realmente es lo que necesitamos. Y en ese pensar, en ese decidir buscamos la libertad, buscamos ser autónomos, buscamos no atarnos a nadie más, buscamos crecer un poco más. Y esa silla que nos bancó, ya no nos sirve más, porque fue mucho el peso que tuvo que soportar. Y como una abandonada más, yace tirada en un rincón de su soledad, teniendo tanto para dar.


No me gustan las historias de sillas desiertas y abandonadas, porque alguna vez yo fui una de ellas y me dolió que los que tanto banqué, me dieran una patada y me hicieran volar lejos. No me gusta ese sentido de utilidad que le damos a las personas, que mientras nos sirven, las mantenemos y si no, las abandonamos. No me gusta sentir que la gente pueda sertirse útil a un objetivo, porque me da la sensación de cuando terminen su trabajo, ya no se necesitarán más.


Permíteme ser la silla que te sostiene, permíteme mantenerte entre mis brazos, porque cuando termine mi misión contigo, habrá otra alma que necesitará sostén, que necesitará mantenerse en pie, pero tu seguirás conmigo en esta vía del camino. Porque en el llanto te comprendo, porque en la duda, te sostengo; porque en el miedo te protejo, porque en la nada intentaré ser todo y en este intento jamás abandonaré la pelea.


Quiero ser la silla que sostiene tu alma, la que te cuida, la que te mira, la que te acompaña, a la que puedes acudir cuando necesites, la que siempre tiene algo para darte, algo para ofrecerte....


Firme y entera, aquí estoy YO.

5 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Tremendas tus letras, bellas, intimas y definidoras... excelente.
Sugiero no vernos como sillas... en fin.

Te abrazo con afecto, sentado a tu lado.

MentesSueltas

Catalina Zentner Levin dijo...

Claudia, siempre habrá una silla que sostenga nuestro cansancio, y así podremos seguir el camino que nos está marcado.
Precioso texto.

Anónimo dijo...

Lindo texto. Es una manera de entregarse por completo.

Saludos Claudia

nara dijo...

"quiero ser la silla que sostiene tu alma " que frase más bella !!


un beso.

Anónimo dijo...

hola wowwww sin palabras


saludos