miércoles, 18 de febrero de 2009

Dejarte en libertad...


Quiero volar!!!
Cargado originalmente por eva cuca
Siempre tus alas te sirvieron para escapar. Cuando el peligro acechaba, volabas al punto más alto para no desbarrancar. Siempre mirando al cielo, pensando que más allá estaría tu felicidad. Siempre buscando el lugar, donde no tuvieras necesidad.

Un día caiste en mi propiedad y tu belleza me hizo admirarte más. Te quise cuidar, te quise acurrucar, mis brazos se desvivieron por abrigarte un poco más y por un tiempo, encontraste tu paz. Yo vivía en un paraiso al que no quería renunciar.

Los días transcurrieron y tu cárcel se hizo notar. Ya no disfrutabas de mi compañía ni de la tranquilidad del lugar.

Con el dolor en los labios, con el corazón estrujado te quise ayudar. El cielo me iluminó y supe que si no te dejaba ir, morirías en mi corazón. Te amé, cuánto te amé y con temor te invité a volar.

Decisión inconsciente dirían algunos, que creían que tenía el camino seguro teniendote sin libertad.

Volaste en el cielo, planeaste mostrando felicidad. Marchaste con rumbo desconocido, buscando sueños propios y una vida para alimentar.

Te dejé libre, te dejé en paz, pensando que en la noche me podrías acompañar.

No creo en el amor esclavo, menos en aquel que tiende a engañar.

Era mi regalo, mi último regalo, el póstumo obsequio que solo te podría demostrar que alguna vez te amaron de verdad.

Decisiones pensadas, decisiones no esperadas, que implicaron seguir en soledad, buscar otros rumbos para no dejarse morir.

Mi corazón lo extrañaba, mi vida seguía su camino desgarrada, pero dormía en paz porque hice lo que mi corazón señalaba y mi conciencia dictaba.

Las heridas cicatrizaban y de vez en cuando, resucitaban. Trataba de pensar todo lo que ellas significaban: marcas de soledad, marcas de abandono y otras marcas de una historia digna de recordar

Un día, el amante viajero regresó a este lugar. Pero ya estaba todo en el olvido y no había nada que reclamar. Pasó despacio, pasó mirando, intentando rescatar un poco de lo perdido hace un tiempo atrás. Pero el tiempo había hecho su mejor labor y el olvido habia alejado todo el dolor, la bronca y el miedo acumulados en el corazón.

Hoy me siento bien, y conforme con mi decisión, lo dejé volar libre y tan alto que solo su cabeza sería el límite a semejane expedición. Atracó en el puerto que más quiso, comió lo que decidió y su día a día fue haciéndose a pulmón.

Fuí despacio, paso a paso, en lenta recuperación. Un tanto malherida, con sueños rotos, pero viva.

No encarcelé sueños ajenos, ni me hice dueña de un corazón, busquè otros rumbos y tal vez hoy puede decir que estoy mucho mejor. Abrí la jaula, solté los sueños y los dejé crecer en libertad.

El eterno viajero, el de la eterna nostalgia, intentó volver pero en este puerto ya no había un sostén en el cual amarrar. Aqui solo se deja vivir en paz.... y ya no hay vidas para atrapar.

1 comentario:

quirquinchita dijo...

quisiera dejar volar asi a mi amor, pero siento que no me repondria al dolor, muy bonita la historia.

Un saludo