Los revisé, los ordené, los guardé cuidadosamente dentro de una caja. Le puse el mejor envoltorio que encontré y un gran moño que diera el toque final a esta ceremonia.
Le busqué el mejor lugar para que no se arruinaran, pero también un lugar donde no me molestaran. Allí arriba fueron a parar.
Prentendí que se confundieran con otros paquetes que tengo guardados en ese lugar y que en la confusión se provocara el olvido y que desaparecieran y sin quererlo quedaran abandonados, de por vida en un rincón.
Pero mi mente no los deja en paz y ellos no deja de mostrarse. Es que mutuamente nos molestamos y mi lógica no comprende el por qué de esta situación.
Si el fuego del olvido arrasara con ellos, no dudo, que los sus fantasmas revivirían y resucitarían, resurgiendo entre las cenizas, tan fuertes y tan claros, que resignarían mi intención.
No es sano vivir el presente cotidiano, sin reconocer cuánto hemos vivido. No es sano, intentar asesinarlos. No es sano. No es justo, para ambos.
5 comentarios:
es que silvio rodriguez
escribio en esa cancion de ojala
toda la verdad
pero aun así uno vive y ya
Hola Clau :)
No es sano como vos decís hacer de cuenta que no se tuvo pasado, pero considero que tampoco es sano vivir de recuerdos..A veces es muy difícil encontar el equilibrio
Besos!!
Los recuerdos son la historia escrita Claudia.
Linda manera de expresarlo en tu escrito.
Saludos y un abrazo
La historia recorrida, los "recuerdos"...son los pasos que nos traen hasta el presente que caminamos.
Renegar de ellos es renegar del momento presente. Quedarse anclado en ellos, también es renegar del presente.
Recordar no es malo cuando no se vuelve dependencia. Hay recuerdos que duelen y que uno quisiera estirpar, pero a la larga, uno descubre algún sentido en esos pasos del camino.
Un abrazo!
muy cierto tu post claudita y deseando que tengas un gran inicio de semana
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