Volveré a ser una canción...

Hace unos días pensaba en cómo hablamos, en cómo nos expresamos cuando nos dirigimos a los demás. Cómo muchas veces podemos ser bruscos, duros y groseros cuando hablamos, cuando tratamos de expresar lo que sentimos.

Pensaba en la inocencia de algunas palabras y en cómo con cierta intención se transforman definitivamente en armas mortales, que hieren, que lastiman hasta el punto de matar a algún alma desprevenida.

Tenemos intenciones y eso le saca la inocencia a las palabras, le saca dulzura y muchas veces la candidez que las promueve.

¿Cómo hacer para qué lo que yo hable no se transforme en un daño para alguna persona?

¿Cómo hacer para que mis palabras logren su cometido dándole paz y posibilidad de regazo al que lo necesite?

Entonces pensé en las cacniones, las únicas que pueden ayudarme en esta tarea y en todas las que tengo.

Hay canciones para decir todo, todos los mensajes alguna vez fueron expresados en el lenguaje de una canción, por lo tanto nunca me faltarían para dedicárselas a alguien.

Tengo que hablar cómo en una canción, con el sentimiento a flor de piel, con la melodía que endulza los oidos y tranquiliza el corazón.

Hablar como en canciones, charlar en un diálogo musical, darle melodía ala vida. Esa es la posible solución.

Entonces pensé que muchas veces dediqué alguna canción cuando había situaciones que me desbordaban y no sabía como hablarlas. Entonces pensé en cada canción qué dediqué y no hubo ninguna dónde se insultara a alguien o se tratara mal a alguien. Son el lenguaje perfecto. Es el lugar dónde el hombre ha podido explayar sus más intimos sentimientos de la forma más respetuosa y altruista que se puede conocer.

La canción se hace vida y mi vida se hace canción.....