A México llegué el 09 de Julio casi a las 10 de la noche. Mucho no pude ver, ni menos distinguir desde el taxi que nos llevaba a casa de mi tía. Solo veía puentes y que cada puente tenía un nombre. Claro, no tenía mi libreta encima así que cada nombre fue pasando sin tener ni siquiera memoria para recordarlos.
Al día siguiente, un poco más descansada del viaje, lo primero que hicimos fue hacer pasear a los cachorros en un lugar precioso que está cerca de la casa, el tan famosos Bosque de Chapultepec. Claro, yo que vivo en pleno desierto patagónico, ver tanto verde junto es como un oasis para mis ojos.
Después de casi dos horas de paseo, los cachorros volvieron cansados, yo también además de muy mojada porque el pasto estaba húmedo y mis pantalones sufrieron mucho y no se imaginan mis zapatos!. A este lugar volví casi todos los días que estuve, porque siempre acompañe a los cachorros a pasear.
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