Mis amores adolescentes siempre fueron ocultos. No es que ocultara relaciones, sino simplemente que ocultaba sentimientos.
Siempre fui muy enamoradiza, de esas que conoce a una persona y que cualquier detalle que tenía, me fascinaba, me enamoraba y comenzaba mis historias.
Mis historias, que siempre fueron mías y que nadie más supo. Historias de a una y nunca historias de a dos.
Esto de mirar, de disfrutar, de reir sin que nadie se de cuenta de que me pasaba algo especial. De escuchar, de entronizar al elegido, de recordar cada palabra que decía y simplemente permanecer callada.
Crearme historias, soñar historias de amor, fantasear situaciones, soñar despierta, claro, discretamente, porque nadie debia darse cuenta.
Saber qué tenían novia y yo simplemente me conformaba con mirar, con disfrutar de su presencia, porque jamás me hubiera animado a decir o a hacer algo desubicado, fuera de lugar. Porque mi personalidad no me lo permite, además de que mi timidez es extrema y era mejor soñar despierta que hacer el sueño realidad.
No creerme atractiva para el resto, ayudaba a que guardase mis sentimientos, a que callase, aun con mis compañeras de escuela que muchas veces se pasaban el día hablando de la persona que yo amaba en silencio, pero que jamás escucharon de mi boca decir nada sobre él. Solo escuchaba, solo permanecía en silencio.
Amores adolescentes, amores casi imposibles, amores platónicos, pero mis amores, los que recuerdo con mucho cariño.
Podria nombrarlos uno a uno, pero sería un "incendio voraz" y terminaría con quemaduras de algo grado, porque es gente con la que todavía tengo trato o me encuentro seguido por las calles de mi ciudad.
Vivir de fantasías era mi mejor costumbre, vivir vida de otros era mi mejor entretención, hasta que un día tocó a mi puerta la realidad y me enseñó que la mejor historia de vida es aquella que yo vivo, en carne propia, con cuerpo y alma.
Ese amor ya no fue silencioso, ese amor lo grité por cielo, mar y tierra, no tuve pena ni miedo ni siquiera timidez para confesarlo, porque era verdad y me llenaba el corazón como ningún otro amor fantasioso lo había hecho. Además, era el primer amor, el que nunca se olvida.
Claro, los amores de fantasía cuando terminan se van diluyendo en el tiempo casi en forma natural, sin más, sin siquiera un poco de dolor. Solo con el recuerdo agradable de quién va pasando su vida y va traspasando puertas dónde hay nuevos amores y ya los que antes existían no tienen cabida o directamente no suelen tomar contacto conmigo.
Los amores de verdad, con el tiempo se van yendo, pero siempre terminan con dolor, con frustración, con cierto grado de temor y muchas lágrimas derramadas. Esos amores nunca se olvidan, esos amores dejan marca, dejan huella. Esos amores no se olvidan jamás, por buenos o por malos, pero siempre estarán y las personas que los encarnaron siempre tienen su lugar.
2 comentarios:
Hay amores que de tanto dolor parece que no se van nunca, cierro los ojos y deseo que pase... a veces parece que tanto dolor no es posible... será que soporto lo que puedo soportar o será que siento que me asfixio porque ya no puedo soportar mas, cierro los ojos y deseo que pase, deseo que pase pero los abro y aún el dolor esta ahí!
A veces los amores en silencio no son tan imposibles como uno se los imagina... si uno calla, es por temor a no ser correspondido, que a que se de y vivir la realidad. Temor a que se evapore el amor al ser declarado, ahi esta la base de todo...
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