Un día regresé y nuevamente
me converti en palabra.
Palabras que nacen del viento y mi tempestad, que descansan en mi necesidad y que nunca morirán.
Mis necesidades flirtean con la crieldad: juegan con mi debilidad, se alimentan de mi angustia y descansan en su fortaleza.
Somos dos compañeras inseparables, no vivimos una sin la otra.
La necesidad que es deseo busca satisfacción y es placer en lo deseado, en el sueño cumplido.
Agradecer-me.
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Con los sueños cumplidos es fácil quedarse con el corazón lleno de
"gracias" para compartir con los que fueron cobijando el deseo, acompañando
los pasos...
Hace 5 años.
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