Un día regresé y nuevamente
me converti en palabra.
Palabras que nacen del viento y mi tempestad, que descansan en mi necesidad y que nunca morirán.
Mis necesidades flirtean con la crieldad: juegan con mi debilidad, se alimentan de mi angustia y descansan en su fortaleza.
Somos dos compañeras inseparables, no vivimos una sin la otra.
La necesidad que es deseo busca satisfacción y es placer en lo deseado, en el sueño cumplido.
LA COPA MEDIO LLENA
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Debería tener un grabador de voz activo para los 8 o 9 minutos que paso
arriba de la bicicleta en el recorrido de casa al trabajo. Las ideas fluyen
y l...
Hace 10 meses.
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