Un día regresé y nuevamente
me converti en palabra.
Palabras que nacen del viento y mi tempestad, que descansan en mi necesidad y que nunca morirán.
Mis necesidades flirtean con la crieldad: juegan con mi debilidad, se alimentan de mi angustia y descansan en su fortaleza.
Somos dos compañeras inseparables, no vivimos una sin la otra.
La necesidad que es deseo busca satisfacción y es placer en lo deseado, en el sueño cumplido.
Y el Amor se hizo carne..
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1 de diciembre. Soy abuela, Agus acaba de dar a luz (amo esta expresión) a
su hijita. Tengo ganas de hacer pancartas, de contar a los 4 vientos este
m...
Hace 1 día.




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