No quiero sentirme triste, no vale la pena llorar. Hay días en que mi alma pesa y no quiere respirar. Es rara la vida del hombre cuando quiere cambiar, busca la forma infinita de no volver a mirar atrás. Pero siempre en su vida va andando, recordando lo peor, lo que no debiera ni siquiera mencionar. Cuánto más se propone olvidar, más la mente le recuerda lo que no debe dejar... Cuánto más pretende vivir, el corazón le recuerda que la causa de su vida ya no está, ya no existe, ni estará...
Irónica es la vida, cuando uno quiere resucitar. Triste nuestro semblante cuando la vemos pasar.
Quisiera ser caminante de esta vida singular, no detenerme ni un paso y hasta la cima llegar. Parar en este camino, no debe ser mirar atrás, será cargar las "pilas" para volver a empezar.
Quisiera sentirme conforme de que todo lo que hice estuvo bien, quisiera poder aceptar que mi mirada no siempre trae tranquilidad. A veces la soledad me mata, a veces lo hace su corazón, pero casi siempre me acompaño de los recuerdos de amor.
Triste vida la de un hombre, que por no llorar en público, esconde su desgracia fingiendo que todo está bien. Triste vida, es la que oculta y que no puede comprender.
Soy asi, dicen algunos; ni me cambies, claman los demás; no voy a hacer lo que quieren, otros siempre repetirán... pero antes que nada, habría que decir: amo asi, tòmalo y es lo importante, quiéreme asi, y me entenderás.
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