En este aprendizaje continuo que es mi vida, hay muchos sentimientos que necesito revivir. No se si hago bien o si hago mal, simplemente es un deseo que no puedo detener. Fueron momentos felices, momentos en lo que realmente me sentí plena y que hoy, a pesar de que no están presentes, necesito rememorar.
Mi vida va recorriendo caminos, algunos nuevos, otros antiguos, todos con un ansiado destino: la felicidad. No se si llegaré hoy, mañana o dentro de muchos años o si moriré “caminando” sin darme cuenta de lo que he recorrido y sin rendirme, ni volver la vista atrás.
Mucho he vivido, mucho he sufrido, mucho he sentido… Ya no hay personas, ni hay palabras, simplemente recuerdos, simplemente sensaciones. Me cuesta dejar de recordar, me cuesta sacar imágenes de mi mente, o ver a personas en determinados lugares o cuando accedo a determinadas situaciones. Sus fantasmas siguen rondando mi vida y aunque ya no los quiera, siguen pinchando, siguen punzando. Ellos siguen viviendo en los rincones de mi casa: duermen en mi cama y cada mañana siento la necesidad de darle los buenos días con un beso; descansan sobre el sofá, miran televisión, descansan después de un largo día de trabajo y siento la necesidad de tomar un te cada noche, para acompañar después de una larga jornada a aquel fantasma que vuelve a revivir; me acompañan, me abrazan, me miman, aunque no tengo brazos a los que aferrarme, ni cuerpos a los que besar; los fantasmas siguen saliendo al patio a fumar, juegan con Tigre y él les mueve la cola, aunque no vean a nadie viviente en ese lugar. Me mira y me dice: te acordás? Y mi mente vuela, recuerda, lo siente, lo sufre.
Hay fantasmas que no se quieren ir, que se resisten en el recuerdo y aunque en mi vida estoy aprendiendo a disfrutar de muchas oportunidades, a crecer de muchas maneras: hay determinadas situaciones que me hacen recordar lo bien que estuve, lo bien que lo pasé y cuánto pude amar, como cualquier persona y con toda mi alma y me niego a entregar esos momentos al olvido.
Volver a ciertos lugares que vedé en mi vida, para no recordar, para que no indaguen sobre lo que no se responder, para que no me incomoden, para que no me miren con lástima o simplemente, para no volver a relacionarlos con mi vida. Hay personas que insisten en preguntar, en recordar… y yo… no tengo respuestas, no tengo noticias, no tengo nada.
Muchas veces necesito sentarme en esa mesa, tocar esas sillas, lugar compartido, objeto de mi deseo… ahí lloré lágrimas de dolor por situaciones vividas, reí en el recuerdo y soñé en el encuentro.
Es como si ese lugar me abrazara con sus buenos recuerdos, como si esas sillas me sostuvieran en mi dolor, como si esa mesa reviviera todo el calor. Muchas veces, siento que creé un santuario, una especie de devocionario, donde fui inmolando tanto dolor; un altar del sacrificio, donde fui dejando un trozo de mi ser, intentando purificar tanto sentimiento.
Voy caminando por esas calles del brazo de la nada, hablando con el viento y riéndole al sol. Le tomo la mano al aire y se me escapa, se me va, se deshace entre mis dedos y vuelvo a la realidad… soledad, desasosiego, vulnerabilidad…. Cómo me cuesta caminar, ver esas vidrieras, concurrir a muchos lugares y no tener esa sensación de inexplicable
Momentos vividos, que no puedo olvidar, momentos que dejan marca y de los que no se puede regresar.
En la noche..
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Las luces se esfuman y todo alrededor pierde forma, perfil, realidad. Todo
se desvanece. Nos gana la tristeza, la nostalgia por lo que teníamos y ya
no ...
Hace 6 meses.
2 comentarios:
Hola me gustó tu blog... y voy a volver a visitarte.
Con respecto a tu post muy sentido... me identifiqué ya que también tengo muchos momentos vividos que no puedo olvidar.
Bsss. Nos vemos.
Pienso q es difícil deshacernos de los recuerdos, aunq sepamos a conciencia q lo mejor sería guardar el libro viejo y planear comenzar otro con ansias de q tenga un final feliz.Me conmovió tu relato,es increíble cómo tus palabras llegan,es increíble tu manera de transmitir tus sensaciones y tu capacidad para encontrar las palabras justas.Acá te dejo unos poemas de Pizarnik, bueh, no son para alegrarse justamente, pero estan buenos.Un abrazo, Lau
CREPÚSCULO:
La sombra cubre pétalos mirados
El viento se lleva el último gesto de una hoja
El mar ajeno y doblemente mudo
en el verano q apiada por sus luces
Un deseo de aquí
Una memoria de allá
*Dónde dejar mis ojos,cuándo augurarles una estación amable?Quiero decir :lo q muero cada noche, mis brazos torcidos por abrazar una sombra.
Cuarto solo:
SI TE ATREVES A SORPRENDER
LA VERDAD DE ESTA VIEJA PARED;
Y SUS FISURAS,DESGARRADURAS,
FORMANDO ROSTROS,ESFINGES,
MANOS,CLEPSIDRAS,
SEGURAMENTE VENDRÁ
UNA PRESENCIA PARA TU SED
PROBABLEMENTE PARTIRÁ
ESTA AUSENCIA Q TE BEBE.
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