Cada noche recorro el laberinto de mi alma, tratando de encontrar la salida hacia la eternidad.
Examino cada rincón, busco en cada sueño lo que le ha dado sentido a mi vida y puede darme las pistas del camino que debo seguir.
Es todo un aprendizaje, es volverme a mirar interiormente, es valorarme, es quererme, es volver a ponerle nombre y apellido a cada tesoro escondido, es volverme a encontrar...
Sigo recorriendo, sigo mirando, sigo buscando.... no pierdo las esperanzas, dentro mío he de tenerla llave que abrirá algún corazón.
Mi alma se cubre con un velo protector, que impide que los extraños puedan dañarla. Pero continuamente descorro el velo, me gusta la mirada limpia, sin intermediarios; me gusta que me reconozcan tal cual soy. Pero eso es peligroso. Cada tanto, corro el riesgo de que alguien ingrese y me haga daño, no todos tienen buenas intenciones. Debo protegerla, porque mi alma tiene respuestas, que como tesoros están resguardados y que son la salida a muchas de mis inquietudes. Debo recorrerla, debo aprender a conocerla, debo adueñarme y sentirme parte de cada uno de sus rincones.
Palabras a la medianoche, pensamientos perdidos, delirios contenidos..... deseos de amor.... No veo nada imposible.
1 comentario:
Vos me agarraste la llave, yo me enamoré, vos encerraste mi corazón, yo dije _sí, acepto_ vos tiraste la llave lejos, quién sabe dónde, y yo me desesperé, ya me había casado.
No pude aguantar la fobia y la impotencia que sufría por saber que las cosas no podían volver para atrás, entonces al otro día, sino fue en el mismo, cuando comencé a buscar por todos lados la llave de mi libertad.
La busqué tanto en morochas, como en rubias y en coloradas; no solo maduras, también en jóvenes; de razas, colores, alturas y volúmenes diferentes. No la encontré. Todavía soy un hombre cazado, pero... Que bien la pasé anoche.
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