Me senté en mi lugar a mirar el espacio. Es increíble lo que tus ojos pueden reconocer a medida que recorren esta dimensión. Mis ojos embelezados trataban de retratar cada rincón, cada detalle. Tan inmenso que mis ojos parecieran no poder contener. La vida es maravillosa, es inconmensurable.
Te pusiste a mis espaldas a jugar con mi vida y yo incrédula, no sabía qué hacer. Nunca supe reaccionar ante las provocaciones, siempre me contuve y cuando era necesario explotar, una pared se interponía automáticamente entre los dos y evitaba los heridos, evitaba la tragedia. Y así pasé mi vida, de espaldas a los dolores, de espalda a los enojos, pero mirando la inmensidad del mundo. Jamás tuve la necesidad de ponerme frente a ti para reprochar tu falta de sinceridad o tu juego tenebroso, porque mi silencio era mi mejor arma. Y aunque a las armas las carga el diablo, mis armas buscaban mantener cierta paz, cierta tranquilidad en mi vida y no hacerle daño a tu tuya. Mis armas siempre buscaron no enfrentarte.
Y hoy me encuentro aquí, en mi espacio, mirando esta inmensidad que es la vida, sus obras, su arte, su belleza, pero mi visión no es completa. Hay un trozo de vida, un trozo de mi que a oscuras permanece, que en penumbras se mantiene y me provoca cierta intranquilidad. Necesito algún día ponerme frente a tí y dejar a un lado mi silencio, porque quiero liberarme de ti, quiero salirme de ti, quiero ponerle luz a esta parte de mi vida.
Si no me vuelvo a poner frente a ti jamás tendré una visión total de mi universo, jamás terminaré por conocerme y no dejaré fuera a mis miedos, que tanto daño me hacen. Miedo a la oscuridad, miedo a lo desconocido, miedo a la incertidumbre, miedo a tu presencia.
El día en que frente a frente despoje mis miedos, será el verdadero día de mi nacimiento, será el verdadero día en el que reconoceré que realmente me encuentro viva. Y por ahora, seguiré mirando este espacio incompleto, que aunque con zonas oscuras permite que la luz se cuele y me permite jugar como niña encantada a correr tras las estrellas.
Y sé que estás a mis espaldas y que no me enfrentarás... pero en algún momento tendré la oportunidad y no te podrás negar. La vida te suele traer sorpresas. Es que acaso tienes dudas?
4 comentarios:
Muchas veces no nos enfrentamos a las cosas por miedo, por vergüenza o por no hacer daño a alguien. A mí me pasa. Pero, a veces si te han hecho daño hay que intentar defenderse, pues, no es justo quedarse de brazos cruzados mientras que el otro se divierte a costa tuya. Aunque, claro según la situación conviene actuar de una forma u otra. Pero, te tienes que ver en esa situación para saber como actuar.
Besitos.
La viad siempre nos da una oportunidad.
No hay dudas.
Hay ocasiones en la vida donde tenemso que enfrentar nuestro pasado para cerrar o re abrir un capitulo
Sinceramente, estoy complicada con este post, jajajaj.
Muy complicada.Terriblemente complicada.Bueh, te explico mis 200 ptos de vista por msn.BESOS.
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