Hay palabras que quedan grabadas en el corazón. Palabras que calan en el alma dejando huellas marcadas hacia el amor.
La mente las trae a la realidad, cada vez que necesitamos recordar que alguien nos amó, que alguien nos eligió. Como armas de defensa frente a las ofensas, ellas nos inmunizan de la mala voluntad, de la indeseada soledad.
Grabadas a fuego en el corazón, forman parte de nuestra vida, compañeras inseparables, participes de nuestro sentir cotidiano. Grabadas a fuerza y voluntad, hemos peleado por ellas, creyéndolas inimputables al acompañar nuestro accionar.
Si habrán sido mentira, o han sido verdad, o un exabrupto de la verbalidad, ellas han quedado guardadas, para no olvidarse jamás.
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