que vienes y te vas sin avisar,
no dejas huellas, ni marcas,
solo un leve malestar.
Amenazas con volver
y sin fuerzas intentas regresar.
Ya no tienes agua,
no tienes que entregar.
Como lluvia de verano,
te mueres en un suspirar.
¿Cómo quieres llamarte lluvia,
sino puedes ni mojar?
no dejas huellas, ni marcas,
solo un leve malestar.
Amenazas con volver
y sin fuerzas intentas regresar.
Ya no tienes agua,
no tienes que entregar.
Como lluvia de verano,
te mueres en un suspirar.
¿Cómo quieres llamarte lluvia,
sino puedes ni mojar?
Aquí en Río Gallegos, las lluvias de verano son casi inexistentes, y cuando vienen son tan suaves que casi ni se notan, por eso esta analogía
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